Porque algún día, tal vez el año que viene, cuando el pueblo se exprese a través de las urnas es muy probable que el blog REAL de Orly ya no exista.
El tema es la gran brecha que existe entre alguien que goza exaltar la capacidad de conflicto de los K,como Orlando y sus lameculos y la realidad que se expone en su blog, donde casi a diario se censura mediante la eliminación del comentario a las voces disidentes.
Comentarios tan peligrosos como este que se publicó el 7 de Octubre - Y después los lameculos dicen que los cagones somos los disidentes:
Pues Sucalaye, el interés no es mutuo. Yo no tengo ningún interés en absoluto en conocerte.
Para mi basta con leerte y saber que hay gente que no vale la pena ser conocida.
Vos hablás de revolución, como si los K fueran Güemes y Juana Azurduy.
Toda una revolucionaria Cristina. Con su traje de fagina De la Renta. En vez de una carabina M-1 una notebook que usa para twittear a lo loco. Seguro que a la Salada a comprarse un vaquerito con sus queridos morochitos no fue nunca.
Andá Sucalaye, aflojá con la dieta del vidrio.
A ver si entendés, ni Neshtor ni Cris, son Lulas. no la mamaron de abajo. No se si cunita de oro, pero de paja tampoco fue. Fueron de clase media, de la que ahora es volatil. Ahora son de la high society, 65 millones, pibe. Cuántos morochitos con 65 palos conocés vos?
Te queda claro Sucalaye? O querés que te lo dibuje?
Para la psicología el conflicto es la incompatibilidad que se percibe entre dos actos, o el choque entre dos tendencias instintivas o afectivas contradictorias. El conflicto es una dificultad del paciente o del sujeto, pero es también la condición para un cambio en la búsqueda de un nuevo equilibrio. No hay vida sin conflicto. La oposición y sus aliados( los grandes medios) atribuyen al Gobierno una conflictividad enfermiza. Un candidato por sí mismo conflictivo- De Narváez- se hizo el chistoso y dijo que a la presidenta “solo le falta pelearse con los bomberos”. Por hacerse el gracioso prejuzgó a los bomberos como si fueran incompetentes para causar algún conflicto. Lo que la oposición no hace es una introspección que la lleve a preguntarse: ¿Y nosotros, como opositores, en qué cosa no conflictuamos? Porque conflictos les sobran. Dejemos de lado sus mutuas precandidaturas mutantes y chirles. Ya han creado muchas y las han ido disolviendo por exceso de conflicto. No les será fácil encontrar una: porque si eligen una fórmula que carezca de conflicto nadie la va a considerar capaz de conflictuar con ciertas corporaciones. Más que la presidenta es la oposición la que se conflictúa. Porque tiene mayoría en el Congreso y no consigue que se note. Porque siguen aumentando las reservas y porque siguen aumentando los elogios por el desarrollo de nuestra economía. Y porque teme que se aplique la Ley de Medios y de que se investigue judicialmente la propiedad de Papel Prensa. A los opositores los conflictúa que no se bajen las retenciones a la soja tanto como que los trabajadores exijan participación en las ganancias. Tienen conflictos con la inflación porque no se convierte en hiperinflación; conflicto con los hechos porque los obliga a mentir mentirosamente. Y no pueden evitar tener conflictos con la Justicia que se empeña en juzgar el genocidio, y conflictos por los vínculos de la Argentina con países hermanos de gobiernos populares. Y es lógico que los opositores sean conflictivos porque el conflicto es como el aire de la política. Lástima que ese aire la oposición lo envicia. Ya que el Gobierno les resulta conflictivo porque es más difícil de enfrentar que crecer un poquito en las encuestas. Por eso conspiran con jueces conflictivos que reparten fallos cautelares y aspiran a batir récords en Guinness. En terapia un trastorno podría resolverse. Pero los opositores se niegan a reconocerse conflictivos y entonces le endilgan el conflicto al Gobierno. Así no tendrán cura. Deberían reconocer que los conflictúa este modelo inclusivo y la ascendente preeminencia de los trabajadores. Se han conflictuado hasta con la Asignación Universal delirando en que las madres la usan para darles Paco a los hijos y plata para el Bingo a sus maridos. Los conflictúa que se desenmascare la manipulación mediática y los deje a ellos cómplices. Todavía tienen conflicto con Perón y Evita y con el pan dulce y la sidra. No hay caso: el conflicto de los opositores es irresoluble.
Carta abierta leída por Orlando Barone el 5 de Octubre de 2010 en Radio del Plata.